Bormujos es un pueblo situado a 7´60 Km de Sevilla, a cuyo partido judicial pertenece. Bormujos se encuentra situado en la parte central de la 2ª corona urbana de sevilla, a una altitud de 96 m. Es una pequeña ciudad con 18590 habitantes pertenecientes a la comarca del Aljarafe. Este pueblo tiene a sus espaldas una gran historia que se recoge en la página web oficial del pueblo.Por supuesto en él han nacidos personajes célebres como Juan Diego Ruíz Moreno (actor) y Francisco Franco Moreno (Bailaor).Su actual alcalde es Baldomero Gaviño Campos
A continuación vamos a pasar a hablar sobre el poblamiento de Bormujos.
El poblamiento, como todos sabemos, es el asentamiento de la población en un lugar o territorio.Según la forma en que se realice, el poblamiento puede ser de dos tipos:
Rural: La población se asienta en pueblos o casas aisladas en el campo.
Urbano: La población se establece en ciudades.
Por supuesto, Bormujos se ha convertido en un núcleo urbano por su gran crecimiento.
A través de estos ejemplos se podrá confirmar este hecho:
Bormujos, con una población de 18590 habitanres aproximadamente y una extensión de 12Km2, da lugar a una densidad de población muy alta de 1549 hab/Km2
Las actividades más características en Bormujos son los servicios al público, antes predominaba la agricultura, pero con el paso del tiempo y la evolución de Bormujos, mucho han cambiado las actividades económicas del lugar.
Bormujos tiene una extensión de 12Km2
En el pueblo se pueden distinguir grandes avenidas y una calle principal, pero no grandes edificios en él.
Bormujos dispone de buenos equipamientos y servicios públicos, en Bormujos podemos encontrar 5 centros de enseñanza básica y 2 de enseñanza secundaria, un centro de educación de adultos, una biblioteca pública local, dos centros de salud, 59 bares/restaurantes, 4 hoteles/pensiones, 5 oficinas bancarias, 12 cajas de ahorro, además, Bormujos dispones de vias de autobús, proximamente llegará a Bormujos vias de metro.
A través de todo esto podemos deducir que Bormujos es un espacio urbano que ha sufrido grandes transformaciones a lo largo de los años, y por supuesto seguirá creciendo.
Bormujos es un pueblo de gran extensión, considerada ciudad, pero no se la puede incluir en ese término, por ello, dentro de los criterios de los pueblos, Bormujos es considerado un poblamiento concentrado, ya que las viviendas se agrupan formando núcleos de población en los que residen los habitantes y se localizan todos los servicios (colegios, ambulatorios...). Esto era por el tipo de población, dentro del tipo de pueblo según su forma, Bormujos se puede considerar un pueblo calle ya que el municipio ha crecido a partir de la calle principal (AV/ Aljarafe).
Dentro del tipo de pueblo según su relación con la actividad, Bormujos es un pueblo residencial, ya que la mayor parte de la población se dedica a actividades propias del espacio urbano.
Por último hay que especificar que a causa del crecimiento del pueblo, se han perdido y abandonado caminos rurales y vías pecuarias por la utilización de las nuevas vía de comunicación más cómodas para el paso.
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martes, 16 de febrero de 2010
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3 Comments »
One Responses to "El poblamiento de Bormujos"
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carmenlasdelparkke says: 3 de febrero de 2010, 1:57
Me gusta mucho lo Qe esta escrito pero...estaría mejor si hubiiera fotos sobre el publo
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fatiima
says:
3 de febrero de 2010, 23:43
muy interesante este blog me gusta tener un blog sobre mi pueblo!
es verdad que le faltan fotos
Está bien Bormujos??
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EXÁMENES -.-'
Para todos aquellos que leeis el blog os dejo un relato de coña con relación a los exámenes realizado por una mujer muuuy divertida de salamanca:
Exámenes, ese desencantado sabor a rancio en la boca, los nervios, el sudor. Todo unido en la obsesión de parar cada paso que conduce al infierno, para luego resucitar en verano. Las vacaciones, el tiempo libre que se desvanece a cada instante haciéndote reflexionar. Como una bocanada de aire tras sumergirse en la piscina. Sabor a helado, amistad y romance, una delicia próxima. Pero ahora… sufrimiento, interminables páginas de apuntes, estrés y la esperanza de saber que nada se pierde. Cada día se hace interminable y esperas pacientemente a que alguien te salve. Pero nadie va a ir, y la desesperación crece. El dolor se hace intenso y esperas a ese héroe que nunca llega. Las historias mienten, no hay nadie que pueda ser quien nos salve. Tenemos que ser nosotros mismos. Nosotros controlamos nuestro destino, somos los protagonistas de nuestra historia y de alguna forma elegimos el final. Esto ya no tiene que ver con los exámenes, sino con el instinto de superación y la capacidad de mostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de alcanzar nuestros sueños con nuestras propias manos. No solo la supervivencia puede explicar el impulso de la humanidad. Somos de alguna forma indescifrables porque queremos serlo. Puede que las huellas de los demás nos guíen, pero el camino por recorrer es distinto. Todo no puede decidirse por una nota, lo que aprendemos es lo queremos que de alguna forma permanezca. No todo está en los libros pero tampoco todo está fuera de ellos. Retenemos lo que necesitamos y muchas veces conocemos el lado duro de la vida. Sin embargo nos alzamos ante la adversidad y los errores nos completan. No hay nada malo en nuestras acciones, solo decidimos lo que creemos que esta bien. Puede que por la moral y la ética pero… ¿no somos nosotros quienes la creamos? Cada día me pregunto si este inevitable estrés tiene sentido, y entonces pienso que de alguna forma el dolor nos hace sentirnos vivos. Son notas, que no siempre identifican el esfuerzo o el sacrificio de una persona. Entonces… ¿porque sufrimos con algo que tiene tan poco sentido?
Exámenes, ese desencantado sabor a rancio en la boca, los nervios, el sudor. Todo unido en la obsesión de parar cada paso que conduce al infierno, para luego resucitar en verano. Las vacaciones, el tiempo libre que se desvanece a cada instante haciéndote reflexionar. Como una bocanada de aire tras sumergirse en la piscina. Sabor a helado, amistad y romance, una delicia próxima. Pero ahora… sufrimiento, interminables páginas de apuntes, estrés y la esperanza de saber que nada se pierde. Cada día se hace interminable y esperas pacientemente a que alguien te salve. Pero nadie va a ir, y la desesperación crece. El dolor se hace intenso y esperas a ese héroe que nunca llega. Las historias mienten, no hay nadie que pueda ser quien nos salve. Tenemos que ser nosotros mismos. Nosotros controlamos nuestro destino, somos los protagonistas de nuestra historia y de alguna forma elegimos el final. Esto ya no tiene que ver con los exámenes, sino con el instinto de superación y la capacidad de mostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de alcanzar nuestros sueños con nuestras propias manos. No solo la supervivencia puede explicar el impulso de la humanidad. Somos de alguna forma indescifrables porque queremos serlo. Puede que las huellas de los demás nos guíen, pero el camino por recorrer es distinto. Todo no puede decidirse por una nota, lo que aprendemos es lo queremos que de alguna forma permanezca. No todo está en los libros pero tampoco todo está fuera de ellos. Retenemos lo que necesitamos y muchas veces conocemos el lado duro de la vida. Sin embargo nos alzamos ante la adversidad y los errores nos completan. No hay nada malo en nuestras acciones, solo decidimos lo que creemos que esta bien. Puede que por la moral y la ética pero… ¿no somos nosotros quienes la creamos? Cada día me pregunto si este inevitable estrés tiene sentido, y entonces pienso que de alguna forma el dolor nos hace sentirnos vivos. Son notas, que no siempre identifican el esfuerzo o el sacrificio de una persona. Entonces… ¿porque sufrimos con algo que tiene tan poco sentido?
Muy interesante este artículo sobre el pueblo.
Gracias por publicarlo :)