A partir de este artículo conoceremos la relación de Bormujos con el territorio y su morfología o forma.
-EL EMPLAZAMIENTO Y SITUACIÓN DE BORMUJOS
Bormujos se encuentra situada a una altitud de 98 metros y a 8 kilómetros de la capital de provincia, Sevilla.
-EL PLANO URBANO DE BORMUJOS
En este apartado nos vamos a referir a la representación gráfica de la distribución de los espacios edificados (casas, edificios...) y los espacios libres (calles, plazas...) de Bormujos.
Bomujos presenta un plano irregular:
El plano de Bormujos se caracteriza por no responder a una forma geométrica definida, si no que está formado por un complejo entramado de calles, de trazado irregular.
El inconveniente más importante de este tipo de planos es la dificultad que supone para el tráfico de vehículos, debido a la irregularidad del trazado de las calles.
-LA EDIFICACIÓN DE BORMUJOS
Los principales tipos de edificaciones que se pueden encontrar en Bormujos son:
Edificios antiguos:
En Bormujos se puede encontrar diversos edificios antiguos como; la pelegrina, la iglesia del municipio, las casas próximas a a la iglesia...
Edificios en bloque:
En bormujos, construcciones de varias plantas solo se puede encontrar en la zona universitaria, y escasos edificios repartidos por el pueblo.
Viviendas unifamiliares:
Estas viviendas caracterizadas por ser aisladas o adosadas, de una o dos plantas y estar rodeadas de jardines son el tipo de edificación más abundante en Bormujos.
Edificaciones de crecimiento espontáneo o chabolas:
En Bormujos hay escasas construcciones de este tipo, se podrían encontrar en las afueras, e zonas campestres... .
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domingo, 14 de febrero de 2010
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Está bien Bormujos??
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EXÁMENES -.-'
Para todos aquellos que leeis el blog os dejo un relato de coña con relación a los exámenes realizado por una mujer muuuy divertida de salamanca:
Exámenes, ese desencantado sabor a rancio en la boca, los nervios, el sudor. Todo unido en la obsesión de parar cada paso que conduce al infierno, para luego resucitar en verano. Las vacaciones, el tiempo libre que se desvanece a cada instante haciéndote reflexionar. Como una bocanada de aire tras sumergirse en la piscina. Sabor a helado, amistad y romance, una delicia próxima. Pero ahora… sufrimiento, interminables páginas de apuntes, estrés y la esperanza de saber que nada se pierde. Cada día se hace interminable y esperas pacientemente a que alguien te salve. Pero nadie va a ir, y la desesperación crece. El dolor se hace intenso y esperas a ese héroe que nunca llega. Las historias mienten, no hay nadie que pueda ser quien nos salve. Tenemos que ser nosotros mismos. Nosotros controlamos nuestro destino, somos los protagonistas de nuestra historia y de alguna forma elegimos el final. Esto ya no tiene que ver con los exámenes, sino con el instinto de superación y la capacidad de mostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de alcanzar nuestros sueños con nuestras propias manos. No solo la supervivencia puede explicar el impulso de la humanidad. Somos de alguna forma indescifrables porque queremos serlo. Puede que las huellas de los demás nos guíen, pero el camino por recorrer es distinto. Todo no puede decidirse por una nota, lo que aprendemos es lo queremos que de alguna forma permanezca. No todo está en los libros pero tampoco todo está fuera de ellos. Retenemos lo que necesitamos y muchas veces conocemos el lado duro de la vida. Sin embargo nos alzamos ante la adversidad y los errores nos completan. No hay nada malo en nuestras acciones, solo decidimos lo que creemos que esta bien. Puede que por la moral y la ética pero… ¿no somos nosotros quienes la creamos? Cada día me pregunto si este inevitable estrés tiene sentido, y entonces pienso que de alguna forma el dolor nos hace sentirnos vivos. Son notas, que no siempre identifican el esfuerzo o el sacrificio de una persona. Entonces… ¿porque sufrimos con algo que tiene tan poco sentido?
Exámenes, ese desencantado sabor a rancio en la boca, los nervios, el sudor. Todo unido en la obsesión de parar cada paso que conduce al infierno, para luego resucitar en verano. Las vacaciones, el tiempo libre que se desvanece a cada instante haciéndote reflexionar. Como una bocanada de aire tras sumergirse en la piscina. Sabor a helado, amistad y romance, una delicia próxima. Pero ahora… sufrimiento, interminables páginas de apuntes, estrés y la esperanza de saber que nada se pierde. Cada día se hace interminable y esperas pacientemente a que alguien te salve. Pero nadie va a ir, y la desesperación crece. El dolor se hace intenso y esperas a ese héroe que nunca llega. Las historias mienten, no hay nadie que pueda ser quien nos salve. Tenemos que ser nosotros mismos. Nosotros controlamos nuestro destino, somos los protagonistas de nuestra historia y de alguna forma elegimos el final. Esto ya no tiene que ver con los exámenes, sino con el instinto de superación y la capacidad de mostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de alcanzar nuestros sueños con nuestras propias manos. No solo la supervivencia puede explicar el impulso de la humanidad. Somos de alguna forma indescifrables porque queremos serlo. Puede que las huellas de los demás nos guíen, pero el camino por recorrer es distinto. Todo no puede decidirse por una nota, lo que aprendemos es lo queremos que de alguna forma permanezca. No todo está en los libros pero tampoco todo está fuera de ellos. Retenemos lo que necesitamos y muchas veces conocemos el lado duro de la vida. Sin embargo nos alzamos ante la adversidad y los errores nos completan. No hay nada malo en nuestras acciones, solo decidimos lo que creemos que esta bien. Puede que por la moral y la ética pero… ¿no somos nosotros quienes la creamos? Cada día me pregunto si este inevitable estrés tiene sentido, y entonces pienso que de alguna forma el dolor nos hace sentirnos vivos. Son notas, que no siempre identifican el esfuerzo o el sacrificio de una persona. Entonces… ¿porque sufrimos con algo que tiene tan poco sentido?
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